Un nuevo clima para La Conferencia Sobre El Futuro De Europa, con más acción y emoción

aldecoa1Los días 22 y 23 de octubre se ha celebrado el segundo pleno de la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) en Estrasburgo, el cual tuvo mucho más interés y repercusión que el primero celebrado hace más de cuatro meses, concretamente el 18 de junio. Esto se debe, especialmente, a que estaba más preparado, asistieron por primera vez los representantes de los paneles ciudadanos y prácticamente todos los miembros del plenario que, tras la ampliación, son 449. Estos lo hicieron en su gran mayoría de forma presencial y, en menor medida, participaron de forma telemática. Hubo diversos actos tanto de tipo organizativo como la iniciación de la actividad de los nueve grupos de trabajo. También se celebraron reuniones de caucus como la del Movimiento Europeo o la del Grupo Spinelli, donde hubo más de 100 participantes.

A mi juicio lo más relevante fue la reunión del plenario, que duró casi siete horas y por lo menos en la primera parte de la mañana hubo, en algunos casos, un auténtico debate de distintas posiciones en torno al alcance y al sentido de la propia CoFoE. Y, sobre todo, en muchos casos, intervenciones que transmitían emoción sobre la importante labor y la oportunidad que la CoFoE debe de ser para el futuro de Europa. La gran mayoría de las intervenciones iban dirigidas a explicar el por qué y el para qué de los grandes retos a los que se tiene que enfrentar la Unión Europea. Y, por lo tanto, la necesidad de hacer propuestas ambiciosas que permitan acercar la Unión Europea a los ciudadanos y hacer frente a los nuevos desafíos comunes en un entorno mundial complicado.

En este sentido, personalmente, me llamó la atención la intervención del europarlamentario austriaco perteneciente al Grupo Identidad y Democracia, Roman Haider, en donde resaltó que la conferencia iba por el mal camino, dado que las palabras que estaban oyendo iban dirigidas a la creación de un “superestado” europeo.

Él entendía que había que avanzar en la dirección contraria, en reforzar la soberanía de los Estados nacionales y no en la profundización de la soberanía europea ya que, a su juicio no existe soberanía europea.

Tuve la oportunidad de poder contestarle improvisando unas palabras, que eran distintas a las que tenia previstas. En donde señalé que, “desde la sociedad civil, no queremos un 'superestado', queremos que la UE tenga las competencias necesarias para hacer frente a las necesidades que tienen los ciudadanos. Concretamente, gracias a eso se ha conseguido que frente a la pandemia (del covid19) han podido resolverse importantes cuestiones. Hubiera sido imposible, si no hubiera tenido la UE esas competencias, hacerle frente con el Plan de Recuperación […], la coordinación en materia de vacunas o el reglamento en torno al pasaporte europeo”.

Más adelante añadí que “desde la sociedad civil creemos que en esto hay que reforzar (el modelo), y que actualmente necesita avanzar en estas cuestiones, para poder precisamente que siga subsistiendo el Estado nacional. Yo recuerdo a los padres fundadores que decían que había dos tipos de Estado: los que se habían dado cuenta de que eran demasiado pequeños para jugar papeles en el mundo, y los que no se habían dado cuenta.

Terminé mi intervención afirmando que “ahora más que nunca, es completamente necesario que la UE tenga capacidad de influencia en el mundo, precisamente porque tenemos un modelo de sociedad distintos al de los demás actores (internacionales). Hay un equilibrio entre mercado, sociedad y Estado, que nos hace diferentes. Y para poder jugar papel en el mundo, tenemos que estar todos juntos”.

Esta respuesta es un ejemplo de que durante el Plenario se produjo un debate, en algunos casos incluso con emoción. A pesar de que existen algunas cuestiones de fondo que siguen condicionando la marcha de la CoFoE de manera no positiva. Concretamente, desde mi punto de vista, sigue pesando el problema de la falta de equilibrio en la composición del Pleno de la Conferencia entre los representantes de la democracia representativa y la participativa. Ya que a pesar de que el objetivo era mantener la misma en pie de igualdad, son más de dos tercios los representantes de la democracia representativa frente a menos de un tercio los representantes de la democracia participativa.
Y, lo que es peor, en el funcionamiento sigue existiendo esa limitación. En este segundo plenario se pusieron en marcha los grupos de trabajo, ocho de los nueve fueron presididos por representantes de las instituciones y solo uno por la sociedad civil, Silja Markkula, presidenta del European Youth Forum. A ello hay que añadir que la presidencia de estos Grupos fue designada por el Board de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, en lugar de ser elegidos por el pleno de la Conferencia. De tal forma que es posible detectar, en esta decisión, una importante dificultad presente en la Conferencia, como es el hecho de que el Board tiene, de momento, más capacidad de decisión que el pleno de la conferencia.

A pesar de estas dificultades o deficiencias en el funcionamiento de la misma hay que resaltar que durante este fin de semana hemos podido constatar que había otro clima político en el funcionamiento de la misma. Y, sobre todo, la mayor parte de los miembros eran conscientes de que estaban haciendo algo importante, ayudar a dibujar los planos en los que se tiene que sustentar, y por lo tanto mejorar, el nuevo edificio de la Unión Europea de cara a las próximas décadas.

Entiendo que hay una confianza compartida entre casi todos los participantes en que va a haber avances sustantivos a la hora de presentar las propuestas de la Conferencia sobre la mejora del funcionamiento de la Unión. Esta creencia se fundamenta en que se percibe un consenso, al menos implícito, entre los representantes de las fuerzas políticas, también de los Estados miembros -a pesar de que se suele mantener lo contrario-, también de los interlocutores sociales, donde se vislumbra un gran consenso. Igual que en el resto de las secciones que componen la Conferencia, incluido los ciudadanos y la sociedad civil.

El gran desafío al que tenemos que hacer frente los miembros de la Conferencia es conseguir que llegue la misma al conjunto de la ciudadanía. Y para eso es imprescindible la participación activa de la opinión publica que en el caso español está completamente de espaldas a la misma. Tenemos dos meses escasos hasta el próximo pleno que se celebrará los días 17 y 18 de diciembre. Para revertir la situación debemos desarrollar nuestra imaginación y tomar todas las medidas necesarias para conseguirlo.

Desde el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo hemos realizado, con el objetivo de dar a conocer la Conferencia sobre el Futuro de Europa, más de 20 eventos. Tenemos convocados otros 20 eventos y estamos diseñando otros 20 más para antes de que se redacten y publiquen las conclusiones a mediados de abril de 2022. Estamos realizando al menos uno en cada Comunidad Autónoma con el fin cumplir con el objetivo de la Conferencia que no es otro que salir de las capitales y llevar la Unión Europea a todos los rincones. De ahora en adelante esperamos contar también con la participación de las diversas secciones del Movimiento Europeo, así como participaremos también nosotros en las que realicen ellos, tal y como adjuntamos en el calendario en la presente newsletter.

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Madrid, 25 de octubre de 2021

Francisco Aldecoa Luzarraga Presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo

Catedrático de Relaciones Internacionales en la UCM Representante de eventos nacionales y sociedad civil en la Conferencia sobre el Futuro de Europa

 

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