Voto de Castigo

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Las elecciones europeas han volcado el futuro de España. Y de los españoles. Tras abrirse las urnas, PP (16 escaños; -8) y PSOE14, -9)  han visto cómo el bipartidismo ha pasado a la historia y el voto de castigo ha beneficiado a las izquierdas antisistema y a los separatistas catalanes y vascos. La primera víctima es Alfredo  Pérez Rubalcaba que ha convocado un congreso extraordinario para entregar la gestión del naufragio socialista a otra nueva dirección que tendrá que radicalizarse obligatoriamente para sobrevivir.

El Partido Popular ha obtenido una amarga victoria ganado unas elecciones que, con buen criterio, no celebró en Génova, 13. Mariano Rajoy ha señalado con la cachaza que le caracteriza que “hemos perdido muchos votos y hay que darle una vuelta”. - Díganos cómo, señor presidente. Eso significa, claramente, que el PP no iba en la dirección correcta.

La secretaria general, presidenta del PP regional y de la Comunidad  María Dolores de Cospedal, ha anunciado un Plan de acción para recuperar a los votantes que se fueron y a los abstencionistas y “un esfuerzo de pedagogía y comunicación” para explicar la acción política. Que comience prescindiendo del gurú  Arriola y ni una rueda de prensa más sin preguntas. Ya sabe las respuestas.

ANÁLISIS DE URGENCIA. En primera lectura, comprobamos cómo Podemos, formación que lidera Pablo Iglesias, ha obtenido 5 escaños en apenas tres meses de vida pública. El mediático profesor de la Complutense ya ha anunciado de qué forma va a utilizar sus votos: “en echar del poder al PP y al PSOE”. Pide, además, un salario máximo, una renta básica, jubilarse a los 60 y no pagar la deuda pública. No dice cómo ni quién va a pagar tanta fiesta demagógica.  Sus modelos económicos y sociales son Venezuela e Irán. Sin comentarios.

EXTRAPOLANDO. Las elecciones dibujan un panorama preocupante de cara a los comicios locales y autonómicos del próximo año,  en especial, porque  populares y socialistas han sido duramente castigados en Cataluña y País Vasco; los populares tendrán problemas para “pactar” gobiernos centristas  en Madrid y Valencia. El feudo andaluz sigue siendo socialista y tanto Extremadura como Asturias vuelven a retomar el color del “progresismo” de izquierda. El nuevo líder andaluz Moreno Bonilla, –incluso con candidato jerezano- se ha quedado a 12 puntos de un socialismo corrupto resucitado por Susana Díaz. Mal presagio para el futuro inmediato. Desparecido VOX, el PP no tiene más compañeros de viaje para la larga travesía de la legislatura 2015-2019 que Ciudadanos y UPyD, a los que ha despreciado olímpicamente antes y después de la campaña. Los datos indican que si estas tres formaciones hubieran concurrido unidas habrían superado los 10 eurodiputados, convirtiéndose en la tercera fuerza política nacional. Es el momento de acabar con el fulanismo.

Europa entera ha virado hacia el euroescepticismo, la extrema derecha, la extrema izquierda y solo un pacto entre populares y socialdemócratas podrá dar estabilidad al Parlamento y a la Comisión. Otro tanto habría que hacer aquí con un Congreso  muy cuestionado, que no deslegitimado en la calle. La crisis y el cabreo han pasado una factura que los partidos mayoritarios han de pagar proporcionalmente.

PROBLEMAS NACIONALES. Entre PP y PSOE han perdido 5 millones de votos. Si fueran extrapolables los resultados, los populares perderían 50 escaños y el Partido Socialista se hundiría con un centenar de diputados nacionales. Una  tragedia para los partidos sí, pero sobre todo, para España. El partido que apoya al gobierno ha sufrido un gran desgaste porque centrado en la economía, (los números), se ha olvidado de las personas de carne y hueso: el PP ha descafeinado su ideología: parece que no defiende  valores que buena parte de la sociedad española cree imprescindibles,  como  el valor de la unidad de la patria, la defensa de la victimas del terrorismo, aliento a los constitucionalistas que luchan en soledad en Cataluña y el País Vasco.; cumplimiento de la ley frente los separatistas, seguidismo de la política de Zapatero con la doctrina Parot, reforma del CGPJ, aborto y educación al rebufo de la izquierda y escaso ejemplo en los casos de corrupción. La inacción del gobierno –“no irritar a los nacionalistas y engordarlos con dinero público”- ha sido un error que le ha costado caro y que tras el aumento de ERC pone las cosas y los tiempos más difíciles. El PP ha defraudado a muchas personas decentes.

El PSOE, supercastigado en la oposición, abre de nuevo una crisis que, tras la salida de Rubalcaba, dará alas a unas ambiciones personales que no se corresponden con sus capacidades para relanzar un partido con alternativas para gobernar. Ya lo avanzó la señora Valenciano, en las horas finales de campaña: Sus bazas son Patxi López - el jubilado eterno como lendakari que fue incapaz de acabar la legislatura y entregó el poder a los proetarras en San Sebastián; ahora lo ostentan virtualmente también en Álava-; Eduardo Madina, el tapado, es un radical atemperado en su irresistible ascenso hacia el poder. (No se le conocen ideas y compromisos sobre nada ni sobre nadie; su táctica es sobrevivir y su estrategia llegar a Ferraz cuanto antes solo o en compañía de otros) y Carme Chacón (Carmen,  en campaña), la señora del mediático Barroso, que llegó a ministra de Defensa porque estaba embarazada y era catalana: todo un bombazo zapateril. Pere Navarro, que ha suspendido clamorosamente en el PSC quiere ahora enarbolar la batalla del federalismo que creará más desigualdades.

Al contrario, el PSOE necesita personas que se sientan el socialismo como un proyecto vital, personas que hagan honor a unas siglas centenarias, que reivindiquen la O de obrero y sobre todo, la E de español, de España. Y solo encontramos una persona joven con esas convicciones: Emiliano García Page, silenciado por la cabeza de lista y vicesecretaria general. José Bono tiene la última oportunidad de  luchar por la presidencia del PSOE para tender puentes con el PP. Y, si me permiten, salvar España.

PACTOS NACIONALES. Antes de que el rio hasta la mar nos lleve por valles y barrancas; antes que las mareas izquierdistas y antisistema nos coloquen al borde del abismo, los vestigios PP y del PSOE, mientras ostenten la mayoría en las cámaras, deben pactar, sin perder tiempo y olvidándose de los propios intereses partidistas, este mínimo denominador común: Pacto Nacional contra la Corrupción, Pacto Nacional por la Unidad de España, Pacto Nacional por el Empleo, Pacto Nacional por  la Energía, Pacto Nacional por el Agua, Pacto Nacional por la Educación y la Sanidad (recuperando competencias en favor del Estado) y Pacto Nacional  sobre las Pensiones.

Es hora de los políticos responsables. De los políticos de las horas difíciles. De los hombres de Estado. ¿Habrán entendido en Génova y en Ferraz el mensaje de castigo?

Las elecciones europeas han demostrado que los votos son un contrato con la sociedad. Y que los ciudadanos quieren políticas de transparencia. Más ética, más austeridad, más España, más Europa.