De la desidia a la abulia, pero les salió mal

europa-guia-elecciones--644x362_450x253

Un 45 por ciento de participación. Digamos que el electorado no ha comprendido por qué estas elecciones eran diferentes.  Digamos que esta vez la abstención era crítica (“han ayudado a los bancos, no a la gente”) y no por desconocimiento del verdadero poder de las instituciones comunitarias; y concluyamos que aquellos que habíamos preconizado que precisamente por eso era una abstención combatible y unos abstencionistas recuperables para la participación, hemos fracasado. No hemos logrado sacar a la ciudadanía de la desidia en que se encontraba.

Claro que hay un aspecto de la cuestión que se nos escapa a los europeístas: ¿Qué ha hecho la clase política para sacudir la apatía del electorado? La respuesta es nada. Una clase política abúlica, enganchada a los manuales de campaña y lanzando a los cuatro vientos frases para imbéciles, alejadas por completo del sentido común y del nivel medio de la ciudadanía. Eslóganes de consumo interno para la militancia más acérrima y acrítica, la militancia de bolsillo, la que se lleva y se trae en autobuses para arropar al líder en el mitin que las cámaras del partido ofrecerán, con realización a la carta,  a las grandes cadenas de televisión.

¿Dónde está el análisis de las medidas anticrisis de la troika? ¿Dónde está el debate sobre el estado del estado del bienestar? ¿Y dónde las propuestas para evitar que la búsqueda de competitividad se haga exclusivamente abaratando salarios y costes sociales? ¿Con qué cara iría ahora a China el Durao Barroso de turno pidiendo derechos sociales para los trabajadores y sensibilidad medioambiental a las autoridades? ¿Alguien ha recordado que Grecia ha doblado su déficit y su deuda desde que fue rescatada, precisamente por el elevado déficit y un preocupante ascenso de la deuda? ¿Tenemos alfo que decir ante las cifras oficiales que llaman la atención sobre el creciente número de trabajadores que están en riesgo de pobreza y exclusión social por el raquitismo de unos sueldos que no alcanzar ni para llegar a fin de mes aun en la más absoluta austeridad?

No, nada de esto se ha oído en campaña. Nos han vuelto a tomar por consumidores acríticos de zafios vídeos electorales, por aplaudidores sumisos al hilo de las indicaciones de los regidores del partido, por figurantes de atrezzo para arropar al líder en el escenario… todo, menos ciudadanos con derechos. Derecho a saber qué reformas institucionales van a emprender una vez comenzada la legislatura para devolver la ilusión a la gente; de qué mecanismos nos vamos a dotar para no tener que improvisar como ha ocurrido con el estallido de la crisis; qué políticas se van a impulsar para relanzar la economía; sobre qué bases se va a recomponer y apuntar el estado del bienestar europeo…

Tenemos derecho a saber y evidentemente en la campaña no nos lo han contado. Conservadores y socialdemócratas se han limitado a intentar engañar a los ciudadanos teatralizando un supuesto debate entre políticas opuestas cuando uno y otro han sido sucesivamente defensores e impulsores de las políticas de austeridad. Y la izquierda, toda la izquierda, pero también la derecha, deberían tomar nota y promover alternativas serias, creíbles y posibles que paren de una vez a euroescépticos y populistas.