Las tertulias de Europa en Suma. Polonia persigue soluciones europeas para la crisis.

IMG_3045Lleno en la primera tertulia de Europa en Suma de la nueva temporada, después del paréntesis del verano. El invitado especial era en esta ocasión el embajador de Polonia en España, Ryszard Schnpef, y el escenario de la charla era nuevo: uno de los salones del restaurante El 10 de San Miguel, en el corazón del Madrid tradicional.

 

Se trataba de hablar de Europa y de sus problemas, y, por supuesto, de la visión y los proyectos de la actual presidencia de la Unión, que desempeña Polonia, en relación con la crisis y sus consecuencias para la marcha del proyecto europeo en un tiempo de turbulencias dramáticas.IMG_3022

 

Se habló, como siempre, de todo eso y de muchas más cosas, y el embajador Schnpef destacó, ante los amigos y simpatizantes de Europa en Suma y los representantes de de embajadas europeas presentes en el acto, entre ellos, de forma destacada, el embajador de Finlandia, Markke Keinänen,  hasta qué punto han cambiado las cosas en su país desde el ingreso en la Unión Europea, hasta hacerlo casi irreconocible para quienes conserven la imagen de la Polonia de los años 80, y animó a sus contertulios a viajar ahora a tierras polacas para comprobar el alcance de esas transformaciones.

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Es la primera vez que Polonia asume las responsabilidades de una presidencia, y lo hace en un momento bien difícil, no ya por la crisis, sino también, como destacó el embajador, por los nuevos desafíos derivados del creciente protagonismo de los países emergentes, como China, India o Brasil, por las incertidumbres en el campo de los suministros energéticos o los problemas del comercio y los precios de los alimentos, o por esa tendencia creciente a restaurar los controles fronterizos, derivada de los miedos a la inmigración.

 

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Los polacos son partidarios de las soluciones netamente europeas, de completar un auténtico mercado único para competir adecuadamente en los mercados mundiales, de que sean las instituciones comunitarias las que planteen las soluciones a los graves problemas del momento y de que sea Europa la que tome por sí misma las decisiones importantes en relación con la salida a la crisis económica y financiera. En este sentido, el embajador polaco, aunque su país no está integrado en la zona euro (y el diplomático admitió que en algún momento su país ha podido aprovechar la “ventaja” de  contar con el zloty, no sometido a la disciplina del cambio fijo), propugna medidas firmes y coherentes y estima que hay que edificar el “estado financiero europeo”.

 

El embajador Ryszard Schnpef aclaró que todo está ya a punto para la Europa de los 28, con la incorporación de Croacia al club europeo, y que Polonia es partidaria de admitir también a otros países balcánicos y del antiguo bloque del Este, como Ucrania. Y también, desde luego, a Turquía, porque “no se puede poner un muro a las fronteras de Europa”.

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La charla transcurrió, como no podía ser de otra forma, entre innumerables referencias a la crisis, de la que Polonia, por cierto, debido a sus excepcionales circunstancias y a que sus entidades financieras no estaban sometidas a grandes riesgos, se está defendiendo admirablemente. Allí el consumo interno es el gran motor del envidiable crecimiento del país y se mantiene el gasto y la inversión en carreteras y en infraestructuras diversas, que están cambiando, en efecto, la imagen de Polonia y los hábitos de sus ciudadanos.  Como dijo el embajador, su país (donde “todo estaba en manos del estado”, recordó) es una buena referencia de cómo se puede transformar radicalmente una economía y puede servir como ejemplo de transición para otras naciones, como lo fue España en su día en el terreno político.

 

Por lo demás, el embajador Schnpef mostró orgulloso el logotipo de la actual presidencia polaca del Consejo, que recuerda, en su diseño, la simbología que utilizaba el movimiento Solidarnosc cuando hace treinta años se enfrentaba al gobierno comunista de Varsovia, iniciando un proceso que acabó con el muro de Berlín y la Europa de la guerra fría, lo que parece marcar una línea de continuidad entre aquellos acontecimientos históricos y estos tiempos nuevos.

 

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Fotos: Enrique Peris