Alemania y Grecia: la quita de la deuda.

Grecia Alemania la quita de la deudaEstamos hablando un grupo de amigos sobre la situación europea y, de pronto, el hijo de uno de ellos pregunta ¿Por qué es tan importante Alemania? Siempre estáis hablando de Alemania...

Muy fácil, querido pequeño, le decimos. Porque Alemania es el país más poblado de la unión, 80 millones de habitantes, casi el doble que España, y el más rico. Su PIB es de 3,7 billones de euros, casi cuatro veces el español, es decir que producen el doble per cápita que nosotros.

En 1945 el país estaba en ruinas. La Conferencia de Londres de 1953 autorizó la quita o anulación de parte de la deuda externa alemana en un 62%, tanto de las deudas contraídas con 25 países acreedores, entre la primera y la segunda Guerra Mundial, como de las resultantes de la postguerra. Lo de Hitler había sido una huida hacia adelante. No podía pagar los préstamos.

Lo que sucedió después de la quita es que Alemania, la Federal, tenía buenos mimbres(de acero al cromo-vanadio)

El país quedó en ruinas tras la guerra, algo cierto a medias. Quedaron en ruinas las zonas residenciales. Los bombardeos aliados pretendían castigar a la población civil y, de paso, provocar la insurrección contra el Führer, algo que no consiguieron, como sabemos. Quedaron arrasadas muchas ciudades, la portuaria Hamburgo, la renana Colonia, la capital, Berlin, la universitaria Friburgo o Dresde, que no tenía ni industria ni tropas. Pero las zonas industriales quedaron prácticamente intactas, Deutz, en Colonia, la ciudad Siemens o las plantas de AEG en Berlin, o la Wolkswagen, en Wolfsburg.

Lo que quedó intacto fue la ciencia y la técnica de los Daimler Benz, Auto-Union,BMW, Bayer, Hoetsch, Carl Zeiss, Leica, Siemens, AEG, Bosch y un larguísimo etcétera. Todos habían servido con fervor al Régimen. Boss, Hugo Boss, hacía los uniformes de las SS. Ahorraba mucho en diseño, porque no había cambio de colección. El modelo era siempre el mismo.

Aunque no se quedó toda la ciencia. Los estadounidenses, muy cucos ellos, se llevaron al genio de los cohetes V-1 y V-2, Werner von Braun, que había sido militante del partido. Pero eso no importaba, porque ellos tenían que poner a un hombre en la Luna (una persona diríamos hoy, en términos social y políticamente correctos).

Los soviéticos arrasaron el Este. Se llevaron, tremendos ellos, los cohetes que no habían sido lanzados y que fueron la base de su carrera espacial, todas las acerías, todas, de su zona de ocupación. Y las segundas vías del sistema de ferrocarriles que era de los más modernos de Europa. A la entrada de Potsdam, en un puente de ferrocarril, se podía ver el hueco dejado por la segunda vía. A la República Democrática le costó más recuperarse que a la Federal, todo hay que decirlo. Los aliados occidentales no hicieron tantas barbaridades, aparte de no implantar el sistema de Partido Único que demostró ser desastroso, para la población, quiero decir. La aparente dictadura del proletariado en la que mandaban, en realidad, los Ulbricht, Honecker & Cía. La Cía, no la norteamericana, era Moscú y cuando la URSS y la RDA quedaron exhaustas, se cayó el muro.

Tras cinco años penosos, cuando los berlineses tuvieron que sembrar patatas en el Tiergarten por el bloqueo soviético de Berlin-Oeste, y tras la implantación del Deustche Mark, la máquina de la República Federal se puso a funcionar y no ha parado.

Un ejemplo de la reestructuración de la industria son los astilleros Blohm & Voss, de Hamburgo, de donde salió, entre otros, el acorazado Bismarck.

¿Quién manda? ¿Los nazis, que están en guerra?, pues en 1940 se empiezan a fabricar submarinos, los temibles U-boote alemanes. ¿Que estamos en paz? ¿Quién manda? ¿Los ricos?, pues se hacen yates, los más grandes del mundo.

El mayor navío privado que surca las aguas de los mares, de 168 metros de eslora, salido de B&V, es el Eclipse, del magnate ruso Román Abramóvich. Su valor, unos 300 millones de euros. Tiene 16 suites de lujo, dormitorio principal de 500 metros cuadrados, dos helipuertos, piscina climatizada, cine, discoteca, sistema de circuito cerrado de TV, submarino interior para evacuación de emergencia y radar antimisiles, por si acaso.

El segundo más grande, el Dubai, del jeque Mohamed bin Rashid al Maktoum, salió también de los afamados astilleros hamburgueses. Tiene solo 163 metros de eslora, amplias suites con capacidad para hasta 24 invitados y helipuerto con un Blackhawk armado en su cubierta en todo momento (Este no es alemán, es norteamericano).

Se puede reestructurar la deuda griega, se puede cancelar una parte ¿Y qué tendríamos después?

No hay un solo producto griego conocido en el mundo, quitando la musaka, que la hacemos en casa, o la compramos precocinada de Findus, o el yogurth griego, que lo hace Danone en Parets del Vallés, bajo marca registrada. Por ellos, no por los griegos. Y que el buen yogurth se toma también en Turquía, quizá porque el término es turco. La agricultura griega, según las frías estadísticas, minifundio, es cuatro veces menos productiva que la española. El turismo es fundamental para la economía helena, pero ahora se cancelan cada día miles de viajes a Grecia. No son muchos los que desean bailar el sirtaki o tomar el sol en Mykonos mientras el país se hunde.

Según el FMI, Grecia necesita dinero, más dinero, para pagar las deudas, pero no produce como para atender a sus acreedores. No produce, no recauda, el fraude fiscal es generalizado y el gasto es desmesurado. Este es el cuadro de la Grecia actual.

Es un país curioso: los mayores terratenientes son los Ferrocarriles Helenos ¿¿¿???, y en segundo lugar, la poderosa Iglesia Ortodoxa. Claro que el país, una excepción en la Europa laica, es una República confesional ¿¿¿???

Un país curioso, donde los propietarios de Porsches, de la odiada Alemania por cierto, declaran ganar 10.000 euros al año de media, es decir, que tendrían que trabajar diez años para comprar esa cosa.

Un país curioso, donde los propietarios de las piscinas las cubren con toldos de camuflaje, no porque haya guerra, que la hay, pero financiera, sino para que no les controle el fisco con vuelos de helicópteros. Donde hay, o había, 300 centenarios fallecidos (la Vanguardia dixit ) que seguían cobrando. No ellos, sino su familia, se entiende. A tanto no han llegado las deidades griegas.

Toda la Bolsa de Atenas vale lo que Inditex. El señor Ortega podría comprar de un plumazo medio Peloponeso, ruinas incluidas, si lo viera interesante. Pero el señor de Ponferrada, agudo él, leonés él, no parece que tenga mucho interés en las piedras. Ni en lo otro. Aunque haya quita.

La herencia cultural e histórica de Grecia, de la antigua, dice la BBC, continúa resonando en nuestro moderno mundo occidental, en la literatura, el arte, la filosofía y la política. De la economía no dice nada la cadena británica. Patético, que es una palabra griega.

Dos actitudes ante la vida, hoy, dejando de lado los mitos el pasado que nos pueden servir para las horas de ocio.

Llegabas al Hotel Kempinski, la referencia del Berlín Oeste, en el tumultuoso año 1990, caída del muro, unificación alemana. El gerente te hacía una rebaja del 40% porque quedaba “chic” tener en el hall equipos de TV revueltos con el presidente del Bundesbank, políticos y economistas. Son prácticos.

Una década después llegabas al renombrado hotel Grande Bretagne de la renombrada plaza Syntagma de Atenas con un bono pagado para una semana. La amable recepcionista helena te preguntaba que cuándo te ibas a ir. En una semana, respondías. Te miraba con mala cara. Deseaba que te marcharas. No les gustaba la prensa, y los ruidosos equipos de TV, menos. Al día siguiente, sí o sí, te tenías que ir. Los griegos no son demócratas, son aristócratas. Unos señores, como estamos viendo. Así les va.

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