¿Innovar? ¿Investigar? That`s the question.

Compartir las buenas prácticas para conseguir una Europa excelente.Un seminario de Europa en suma.

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Hay que decirlo con sus términos exactos. La llamada Agenda de Lisboa de la Unión Europea del año 2000 intentaba situar a nuestra región a la cabeza del mundo en I+D+i por delante de los EEUU y Japón, pero concluyó con un rotundo fracaso. Y no solo por la crisis. Y la situación que vivimos hace 5 años lleva a numerosos países a recortar los fondos destinados a la investigación.

No se debe recortar en innovación en un momento como el actual, sino todo lo contrario, asegura José Marín Fernández, del Basque Ecodesign Center. Y hay que aprovechar las oportunidades actuales para sentar las bases del futuro, añade.

Eso sí, en esta época de recursos escasos, es necesario priorizar los objetivos, matiza Joaquín Serrano del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Europa es una gran potencia en investigación, pero no ha sabido conectar con el mercado como los EEUU, apunta Manuel Palazuelos del Centro de Investigación de la UE.

Los ti-zeolitos con hidroperóxidos orgánicos son productos que echarían para atrás a los espectadores de TV en horario de máxima audiencia. Pero son tremendamente importantes en lo económico y ecológico: han conseguido reducir a cero los enormes residuos generados por la producción de óxido de propileno, en un proceso innovador desarrollado por el Instituto Tecnológico de Valencia. Y no somos especialmente listos, subraya su director, Fernando Rey, sino grupos de especialista que abordan los problemas conjuntamente. Este es un ejemplo, hoy, para Europa: la colaboración.

Investigar, innovar; tal vez desarrollar. Simplemente, porque son las palancas del crecimiento, de la competitividad, en un mundo globalizado. Para conseguir mejorar la vida de los ciudadanos. Y compartir esas buenas prácticas, lo mejor que sepa hacer cada uno en un territorio común la Unión Europea, ¿quién ha resuelto qué y cómo?

Es lo que ha preguntado la asociación Europa en suma a al organizar un encuentro con expertos bajo el título La Europa excelente.

Innovar, ese concepto tan de moda, es lo que pretende la start-up Sauna, finlandesa, naturalmente. El autodenominado “capitán”, Juuso Koskinen indica que de la asociación sin ánimo de lucro nació hace 4 años para responder a una pregunta que se hacen los jóvenes: ¿cuándo voy a conseguir un puesto de trabajo? Y subraya que en los EEUU, por la crisis, se han perdido un millón de puestos de trabajo, pero se han creado otros tres millones nuevos. Sauna consiguió reunir el año pasado en Helsinki a 500 empresas y 3500 emprendedores y no para darse el baño de vapor nacional. Buscamos a emprendedores que tengan un proyecto empresarial, un equipo y pidan ayuda, asegura Koskinen, que viaja continuamente por toda Europa para aconsejar a las iniciativas en marcha.

Otro ejemplo es el mencionado Basque Ecodesing Center, que nació hace 2 años como asociación de siete empresas del País Vasco y con apoyos de la administración. Así pueden investigar mejor y conseguir, por ejemplo, nuevos mercados para productos de alta tecnología, muy caros. De las viejas cadenas para barcos se ha pasado a las cadenas para plataformas petrlíferas.Trabajan en red en proyectos europeos porque su espacio territorial se queda “pequeño”.

Iberdrola está enfrascada en decenas de proyectos, desde las algas a los aerogeneradores marinos con tres objetivos: mejorar el medio ambiente, reducir los costes y mejorar el suministro, asegura su director de investigación, Agustín Delgado.

Y también innovan las ciudades. Santander es hoy un laboratorio, con sensores por numerosascalles que miden diferentes parámetros para intentar mejorar la vida de los ciudadanos, a la manera de la surcoreana Songdo, la ciudad más “inteligente” del planeta, creada a partir de cero, afirma el director del proyecto Conceptual KLT, Pablo de Castro.

Simular cómo las medicinas afectan a las personas; simular una parte del cerebro humano para diseñar ordenadores de acuerdo a este modelo. Son solo dos de los miles de proyectos que gestiona el gigantesco Supercomputing Center Barcelona, con 50.000 ordenadores en paralelo.

La clave está en anticiparse. Nosotros tratamos de identificar los problemas que se pueden presentar en el futuro, por ejemplo en el proceso de refino, y estar preparados, asegura el director del centro tecnológico valenciano.

En los últimos años hemos avanzado en el espacio común de investigación, pero es necesario profundizar en este proceso, asegura Juan María Vázquez Rojas, director del Plan nacional I+D+i. Facilitar la movilidad de los investigadores es fácil en la teoría, pero más difícil en la práctica.

La investigación es una prioridad, incluso política, en el marco de la nueva estrategia 20-20. El gobierno se ha comprometido a destinar el 2,5 % del PIB a investigación en el plazo de 7 años, asegura José Candela, asesor de la Secretaría de Estado para la UE.

La filosofía de la innovación indica que debe financiarse con fondos propios; la aportación de capital riesgo sigue esta teoría, precisa Juan Mulet, de la fundación Cotec para la investigación tecnológica. Las subvenciones solo intentan reducir el riesgo.

Hay un salto cualitativo en la ayuda europeas; si antes se daban para las infraestructuras, como las carreteras, ahora se van a centrar más en la investigación y la innovación, con una estrategia “inteligente” que deben proponer las regiones, puntualiza Manuel Plazuelos del Instituto Tecnológico de la Unión Europa.

Y hablando de la Unión y de Bruselas, siempre se ha hablado de la burocracia “paralizante” de las instituciones comunes, dice el europarlamentario Francisco Sosa Wagner. Pero esa burocracia supone el 6,2% del gasto, mucho menor que el de los municipios españoles, por ejemplo.

Un problema que está hoy en muchas conversaciones en España es la fuga de cerebros. No debe ser tan malo, porque los británicos se van a los EEUU o los estadounidenses a Australia, piensa María Hernández-Fuentes, vicepresidenta del club de científicos españoles en el Reino Unido, SRUK/CERU. Aunque espero que esta fuga sea temporal, matiza.

Lo duro es que vuelvas y no haya expectativas, comenta el investigador Fernando Rey. Y un problema muy grave es que estamos trabajando en un marco público muy rígido, con congelación o recortes de salarios, indica Eugen Griffiths, del Supercomputing Barcelona.

Pedro González, de Europa en Suma, comenta que ha quedado impresionado por un gráfico presentado en este seminario, en donde vemos que la innovación  tecnológica crece de manera exponencial, mientras el cambio político y social dan un encefalograma plano.

Habrá que innovar también en estos apartados, pero eso será el cometido de otros foros de Europa en Suma. Seguro.

De momento quedan en el aire muchas preguntas: ¿no sería mejor educar y fomentar el espíritu emprendedor, sin llegar a la cultura del garaje USA, los Gates, Bezos o Jobs. Y pensar menos en Europa como una vaca nutricia que debe facilitarnos todo? Sin menoscabo del espíritu europeísta, claro.

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